Advertencia! Es esencial considerar los katas desde dos perspectivas distintas, a saber, el "karate marcial", centrado en el aspecto tradicional y la eficacia en la autodefensa, y el "karate deportivo", orientado hacia la competición y el rendimiento atlético. Aunque estos dos enfoques difieren significativamente, no deben ser vistos como antagónicos sino más bien como complementarios. En este artículo, nos centraremos principalmente en el aspecto budo del karate, explorando su dimensión marcial y tradicional. Un próximo artículo se dedicará a explorar el kata desde su aspecto deportivo, destacando las habilidades y cualidades desarrolladas en esta perspectiva.
El logo de la Federación Internacional de Karate, adornando la manga derecha del gi con una ola inspirada en el kata Saiha, simboliza la superación de obstáculos a través de la paciencia, la determinación y la perseverancia (el espíritu de Osu o Osu no seishin). Esta imagen refleja los valores profundos del karate, especialmente en la práctica de los katas. Estas secuencias de movimientos no son meramente físicas; cada técnica, como una ola, fortalece tanto el espíritu como el cuerpo. Utilizo la metáfora del océano en este texto inspirado por el logo de nuestra federación, IFK, que está precisamente inspirado por un kata.
Navegar en el mundo del karate y sus técnicas ancestrales, como los katas, puede asemejarse al descubrimiento de un río antiguo que ha cambiado su curso a lo largo del tiempo. Inicialmente, este río fluía de manera clara y directa, alimentado por el conocimiento y la experiencia de los maestros que lo habitaban. Sus aguas estaban compuestas de ejercicios prácticos, movimientos precisos, antes de desembocar en el océano de la práctica individual y colectiva, simbolizado por los distintos katas. Hoy, a través de la búsqueda del bunkai, parece que hemos invertido este curso, abordando el río desde su desembocadura en lugar de su fuente.
Significado de "bunkai"
La palabra "bunkai" significa "análisis", "disección" o "descomposición" en japonés. En el contexto del karate, se refiere al análisis y aplicación práctica de los movimientos contenidos en un kata, permitiendo entender cómo estos movimientos pueden ser utilizados en situaciones reales de combate o autodefensa. Por lo tanto, el bunkai es un método esencial para captar el significado profundo y la eficacia de las técnicas de karate más allá de su ejecución formal.
Compilación somática de lo que ya se practicaba
La práctica del bunkai es el arte de interpretar y aplicar los movimientos del kata en situaciones de combate reales, permitiendo entender la función y eficacia de cada técnica. Originalmente, los katas servían como "documentos" somáticos, un recordatorio para los karatekas, permitiéndoles recordar técnicas dominadas durante ejercicios practicados en pareja. Sin embargo, durante la transición del karate de Okinawa a Japón, el concepto de bunkai, así como la práctica de los katas, sufrió una transformación significativa. Los maestros fundadores habían concebido el kata como una síntesis del aprendizaje marcial, integrando técnicas complejas como las técnicas de proyecciones, llaves de brazo, estrangulaciones y agarres que fueron descuidadas a favor de un arte centrado en los golpes. Además, los katas fueron modificados para una estética más atractiva, a menudo en detrimento de su eficacia original.
El kata, tal como se practica en el contexto moderno, parece haber evolucionado mucho más allá de su intención inicial. Históricamente, era una compilación de técnicas a dominar después de haber adquirido cierta maestría en estos ejercicios en el entrenamiento.
El kata era un conjunto de movimientos que se probaban y entrenaban. ¡El kata venía DESPUÉS de aprender los ejercicios! Hoy, estamos haciendo los katas completamente al revés, aprendemos un modelo, luego tratamos de descifrar qué son los movimientos.
El kata es un método de transmisión de conocimientos, una forma de preservar y compartir los movimientos y técnicas cruciales del karate. Estas secuencias codificadas permitían a los practicantes repetir y refinar sus habilidades en solitario, mientras conservaban la esencia de los enfrentamientos reales.
Sin embargo, en nuestra búsqueda de maestría y quizás por conveniencia, comenzamos con el kata, lo cual es de alguna manera poner el carro delante del caballo. Intentamos descifrar movimientos y significados sin tener la base necesaria que viene del entrenamiento directo e interactivo. Este enfoque puede a veces oscurecer el propósito inicial del kata, convirtiendo una herramienta de aprendizaje en una mera demostración de atletismo o técnica, sin profundizar realmente en su verdadera esencia.
Los maestros fundadores indicaron claramente que el kata debía ser la síntesis de un aprendizaje más amplio, una representación del conocimiento de las técnicas de combate, incluidas las proyecciones y los agarres. Sin embargo, sin una comprensión profunda de estos elementos, el kata pierde parte de su aplicación práctica y relevancia. Se convierte más en un ejercicio de memoria muscular que en una práctica viva y respiratoria, arraigada en la realidad del combate.
Muchos practicantes modernos encuentran nuevos significados y técnicas en los katas, pero sin haber comprendido y dominado los principios de los movimientos que permiten aplicarlos en tiempo real. Aunque esto testimonia la riqueza del kata, es crucial recordar que sin una base sólida en habilidades fundamentales, estos "descubrimientos" pueden permanecer superficiales. A menudo, para que una técnica funcione bien, se deben conocer ciertos detalles, ya que son estas pequeñas diferencias las que hacen toda la diferencia.
Para concluir esta primera parte, el kata, en su forma y esencia, es un río rico y complejo. Para navegar en sus aguas, es esencial volver a la fuente, aprender y dominar las técnicas básicas antes de aventurarse en los meandros de sus corrientes. Este enfoque garantiza que el kata siga siendo una herramienta valiosa en el entrenamiento de karate, una práctica arraigada en la tradición pero siempre relevante para los desafíos contemporáneos. Como el río que siempre encuentra su camino hacia el océano, los practicantes que siguen este camino descubren la profundidad y el poder del kata, más allá de la mera memorización de movimientos.
Gaëtan Sauvé, practicante de Karate Kyokushin desde 1971]
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