¿Alguna vez has sentido que a veces te cuesta levantarte y afrontar las obligaciones diarias que tienes? ¿Se siente a veces incapaz de levantarse de la cama y afrontar el día?
¿Le parecen muchas cosas demasiado difíciles de hacer? Si se plantea ciertas cosas, ¿se siente a veces incapaz de hacerlas?
Por supuesto, lo entiendo. Como la mayoría de nosotros, se siente abrumado. Tiene multitud de tareas que realizar y facturas que pagar, por no mencionar el hecho de que se siente completamente agotado después de un viaje de compras que le ha dejado con el estómago revuelto y migrañas.
Ahora piensa en un verdadero guerrero
Piense en el espíritu guerrero: un hermano de armas que nunca duda en jugarse la vida por su causa. Piense en alguien que duerme poco, que sabe que tal vez nunca despierte, pero que aun así se lanza a la refriega sin tiempo para una ducha rápida ni siquiera para desayunar.
El espíritu guerrero es algo que no se puede duplicar y que se gana a base de valor y fuerza. Es el espíritu de una persona que se enfrenta a lo desconocido con intrepidez, lealtad y dedicación a su causa. Hermanos de armas que permanecen unidos ante la adversidad sabiendo que la muerte puede llegar en cualquier momento.
El espíritu guerrero es algo hermoso y admirable. El valor, la abnegación y la fuerza que se necesitan para arriesgar la propia vida por el bien de los demás es algo que pocas personas llegarán a comprender de verdad.
La actitud del guerrero está más allá del campo de batalla: el verdadero significado de la mentalidad del guerrero
Hay otros cuyos retos son mucho peores que los nuestros. Hay personas que se enfrentan a una enfermedad debilitante y aun así consiguen encontrar un camino. Y muchos de ellos lo hacen con dignidad, gracia y valentía, lo que es un buen ejemplo para todos nosotros.
La mentalidad del guerrero es distinta de la del combate. De hecho, los matones a los que les gusta pelear en un bar y se creen duros porque su idea de un guerrero es alguien a quien le gusta pelear están a años luz de ser verdaderos guerreros. Siguen siendo simples matones.
Un guerrero no pierde tiempo ni recursos buscando problemas, sino que se centra en su objetivo y no deja que las distracciones le impidan triunfar. Los guerreros son capaces de mantener la concentración incluso cuando los obstáculos parecen insuperables, porque no retroceden ante los retos, sino que se ponen a su altura.
La mentalidad del guerrero implica dedicación y resistencia; tiene una visión clara de la meta que quiere alcanzar y actúa hacia ella sin miedo ni vacilación. Entiende que la adversidad forma parte de la vida, pero en lugar de dejarse vencer por ella, la afronta con valentía y determinación.
Ser un guerrero requiere valor y fortaleza. Requiere resiliencia, resistencia y claridad moral para discernir las acciones más beneficiosas y perseguirlas con determinación. Requiere un compromiso inquebrantable para hacer lo que es correcto, independientemente de los retos o las dificultades que se presenten. Se trata de aceptar la responsabilidad de los problemas y pruebas difíciles con gracia y dignidad. Asumir estos problemas te permite desarrollar un sentimiento de orgullo, sabiendo que estás haciendo lo correcto y dando ejemplo a los demás.
Como guerrero, desarrollarás una gran capacidad para resolver problemas y aprenderás a ser proactivo en cualquier situación que se te presente. Estas cualidades son inestimables, no sólo en tu propia vida, sino también para ayudar a otros que se enfrentan a problemas similares.
Afrontar las dificultades sin dejar de ser responsable te permite crecer como individuo, siendo más consciente de tus decisiones y de cómo afectan a los que te rodean.
En conclusión, ser un guerrero es un acto de valentía y resistencia, requiere un inmenso coraje y fuerza. Significa tener la fuerza para rendir cuentas y hacer lo correcto aunque sea difícil. Se trata de tomar decisiones difíciles y mantenerte fiel a tus convicciones, por duro que sea. El orgullo de tomar las riendas de tu propio destino no tiene parangón.
Ser un guerrero te ayudará a vivir tu vida con más sentido, a crear relaciones con mayor intención y a dejar un legado duradero. Así que coge tus armas y ponte tu armadura. Sé valiente: ¡sé un guerrero!
Gaëtan Sauvé
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